Impresionismo

Comienza en Francia en el último tercio del siglo XIX, cuando el movimiento artístico del naturalismo estaba en sus últimos momentos de auge, como una manifestación artística eminentemente enfocada a las artes plásticas. “De ellas recibe la terminología y las primeras directrices. Más tarde se proyecta en todos los campos del arte y la cultura europeos” (Ballesteros, 2014, p.6).

El término surge de una obra del pintor francés Claud Monet, denominada Impression, soleil levant (Impresión, sol naciente), en la primera exposición de este tipo de arte pictórico, en el año 1874, junto con otros artistias como el pionero de Edouard Manet, Pierre Auguste Renoir y Edgar Degas.

“Claude Monet, artista prolífico que con razón se considera el jefe de filas del impresionismo, es un personaje imprescindible de la historia del arte. Todo el mundo conoce en cierta medida su obra, inmensamente famosa y presente en cualquier rincón del mundo” (Hallet, 2017, p.5).

Contexto histórico

El Impresionismo se desarrolla durante la segunda mitad del siglo XIX, por lo que se encuentra estrechamente vinculado a la época dorada del liberalismo económico, como consecuencia de la revolución industrial proveniente de Inglaterra a finales del siglo anterior.

“El hombre europeo pierde el reposo que le había caracterizado desde el siglo XVII. Descubre con frenesí nuevas máquinas, nuevas funciones, nuevos objetos de confort. Se inicia el desequilibrio en la producción, que habría de desembocar en la espantosa crisis de 1929. Los cambios afectan a las modas, como es natural, y éstas, al gusto estético. Surgen estilos con asombrosa velocidad. Pero desaparecen al mismo ritmo. Nadie puede estar seguro de lo que es bello o lo que no lo es” (Ballesteros, 2014, p.6).

Este frenesí industrial que en algún momento del siglo XX dará paso a la modernidad fue un arma de dos filos pues, a pesar de que fue una época de esplendor, también es cierto que se convirtió en un momento de decadencia para toda Europa ya que las grandes industrias comenzaron a producir nuevos productos para reemplazar a los antiguos porque la demanda no era suficiente para solventar los enormes y costosos gastos de la maquinaria de producción.

A nivel político, ocurren en Europa los famosos movimientos republicanos y sociales, mejor conocidos como la primavera de los pueblos, pues eran todos miembros de la clase popular los que se reunían para reclamar sus derechos. Cabe mencionar que esto produjo el descontento de otros grupos conservadores que organizaron un contramovimiento para mitigar los levantamientos.

“En Francia, la Segunda República (1848-1852) desaparece en provecho del Segundo Imperio (1852-1870), un régimen dictatorial liderado por Luis Napoleón Bonaparte (1808-1873), coronado como emperador con el nombre de Napoleón III. Tras la derrota de Francia durante la guerra franco-prusiana en 1870, se da paso a la Tercera República (1870-1940), que se ve brevemente interrumpida por la Comuna de París (18 de marzo-28 de mayo de 1871), una insurrección popular reprimida con violencia” (Hallet, 2017, p.7).

Es preciso aclarar la importancia que tuvo el sector urbano de las ciudades europeas, pues gran parte de las revoluciones y los movimientos políticos del siglo XIX tuvieron como epicentro a las grandes ciudades. De ahí que se diga que el Impresionismo es un arte eminentemente ciudadano.

El impresionismo abarca todo el período que corresponde a la guerra franco-prusiana hasta aproximadamente 1914, época de gran desarrollo económico debido a la ausencia de conflictos bélicos en Europa. Prueba de ello es la segunda revolución industrial en Francia y la inserción del pensamiento positivista al resto de Europa. Resulta importante destacar la importancia de la adhesión al liberalismo que se suscitó durante la Tercera República, pues eso otorgó la libertad de pensamiento y expresión necesarias para emprender nuevos movimientos artísticos.

“Este periodo se convierte en sinónimo de increíbles riquezas artísticas, inventos y progresos técnicos de todo tipo que facilitan el modo de vida de la población y, más en particular, de la clase media burguesa” (Hallet, 2017, p.7).


Referencias

Ballesteros, E. (2014). El Impresionismo. España: Editorial Titivillus.
Hallet, M. (2017). Claude Monet El impresionismo y su relación con la naturaleza. España: Editorial Titivillus.
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