Arte postimpresionista

El Impresionismo comenzó su deceso desde la constitución del Neoimpresionismo. El carácter realista de la obra ganó el rechazo de varios artistas jóvenes que buscaban renovar las técnicas preestablecidas. Si bien, el Impresionismo renegaba los principios clasistas del arte, no fue hasta el Postimpresionismo cuando se rompió con la estética que traba de consolidar el mundo moderno colocándose contra el sistema capitalista.

El Neoimpresionismo influyó en la construcción del Postimpresionismo, evocando la fluidez y rompiendo con el patrón estricto de la réplica. El Postimpresionismo hizo una revolución total de la recreación e impuso una evasión de las representaciones reales.

“Sólo con el postimpresionismo se produjo una ruptura artística fundamental, cuando llego el final de la perspectiva científica y fue abandonada la profunda ligazón entre la creación artística y la reproducción de lo aparente, que imperó durante largo tiempo.” (Bernal, 2012, p. 33)

El Postimpresionismo marcó el inicio del arte contemporáneo y dio pie a las vanguardias. Fue este corto período el que comenzó con la exploración del inconsciente que posteriormente se desarrollaría en el surrealismo, así como la abstracción de las líneas y elementos de encuadre.

“La vaga esperanza de acceder a paraísos futuros se reducía primordialmente a la búsqueda de paraísos perdidos. Tal como había ocurrido durante el romanticismo, se esperaba encontrarlos en las condiciones de vida primitivas, es decir, de los primeros orígenes, pre-burgueses y anteriores a la aparición de la máquina moderna.” (Bernal, 2012, p. 33)

Toulouse-Lautrec

Auterretrato de Toulouse-Lautrec (1911)

Henri Toulouse-Lautrec se incursionó en el mundo del arte desde temprana edad. Creció en una de las familias aristócratas más representativas de Albi-Francia. Su acercamiento directo con la pintura se desarrolló tras una temporada de recuperación médica por su picnodisostosis, una rara enfermedad que afectó su sistema óseo.

Rápidamente encontró espacio en los grupos artísticos de clase acomodada de Francia. Comenzó a participar en exposiciones colectivas hasta que, finalmente, obtuvo reconocimiento en la última década del siglo XIX, tras presentar Moulin Rougue.

“Sus obras contienen muchos colores cálidos compensados con la importancia de los personajes que pretendía destacar en sus carteles. Empleaba siluetas de estos sobre planos y en varias ocasiones se servía de un pequeño texto que funcionaba en conjunto con la imagen y que hacía referencia a la situación ilustrada.” (García, 2011, p. 24)

La paleta de colores cálidos fueron uno de los sellos característicos de la pintura postimpresionista. Lautrec se encargó de impregnar su obra con la fluidez del movimiento, manteniéndose alejado de la réplica exacta.

En 1901 su frágil salud se vio afectada por una hemorragia cerebral, la cual le ocasionó parálisis en la parte inferior del cuerpo. Seis meses después sufrió un derrame que lo llevó a la muerte.  

Paul Gauguin

Como la mayoría de posimpresionista, la obra de Gauguin se direccionaba por su postura política, la cual rechazaba la vida rutinaria, el sistema capitalista, el mundo moderno y la industria. Bajo la premisa de alejarse del mundo material realista, Gauguin propone un arte sumergido en lo exótico y lo primitivo.

“Otro elemento que plantea consiste en dirigir la exploración de las sensaciones, no limitándose sólo a las percepciones visuales sino a aquellas sensaciones que dimanan de lo más profundo de su ser. Así, considera que el artista debe pintar, además de partir de la percepción de lo real, también de su interior, de lo que recuerda y almacena en su memoria (sintetismo).” (Puigbó, 2012, p. 232)

Gauguin es uno de los autores postimpresionistas influenciado por el arte japonés. Trabajó con una estética un tanto minimalista sin preocuparse por las técnicas de fondo y contorno, tratando de evidenciar su interés por los factores primarios de una obra, especialmente, en los colores.

Paul Gauguin no se cultivo desde pequeño en la pintura, sus trabajos eran ocasionales, pero, su acomodada posición económica le permitió gozar de las piezas más refinadas de su época. Sus obras comenzaron a presentarse hasta que entabló una relación amistosa con Camile Pissarro, quien le ayudó a integrarse a varias galerías de arte.

Sus pinturas exuberantes también ser vieron influenciadas por sus múltiples viajes, salía Francia de manera regular y visitaba diversos contextos, desde Europa hasta América.  

La naturaleza muerta de Gauguin
Tetera y fruta (1886)

Vincent van Gogh

Autorretrato de Vincent Van Gogh (1888)

Vincent van Gogh es sin duda alguna el pintor postimpresionista más reconocido. Su formación artística fue esencialmente autodidacta; su impulso como pintor se dio gracias a la estrecha relación que mantenía con su hermano, Theo van Gogh, quien desde muy joven estableció contactos con diversas galerías de arte y círculos de pintores.

Vincent pintó desde que era un adolescente, sin embargo, la técnica de su pintura pasó por diversas etapas. Inicialmente había sostenido un gusto por la pintura realista, sin embargo, con el tiempo, al igual que a la mayoría de pintores postimpresionistas, la estética del Impresionismo puro terminó por perder su encanto.

El pintor siempre fue problemático, su estilo caprichoso y su personalidad decadente ocasionaron que Vincent tuviera problemas en adecuarse al medio artístico. Ingresó a la Academia de Artes de Amberes con la cual rápidamente tuvo conflictos por su estilo tradicional. Para aquella época la situación económica del artista comenzaba a ser precaria sin tener mayor éxito en la venta de sus pinturas. Esto lo orilló a mudarse a París donde, con ayuda de su hermano, entabló relación con los pintores que marcarían el Postimpresionismo; especialmente con Paul Gauguin, uno de sus amigos más cercanos.

“Seurat y Cézanne influyeron en él a través de sus obras, y los amigos del estudio de Cormon, con el trato diario. El amplio círculo de amistades condicionó la vida de Vincent en París. Los que otrora fueron para él modelos a seguir, como Mauve, Toulouse-Lautrec o Gauguin, se convirtieron en colegas de profesión y amigos.” (Beaujean, 2000, p. 39)

El estilo de van Gogh se fue refinando hasta conformar sus más grandes obras en los últimos años de su vida. Su estética seguía las líneas postimpresionistas y buscaba romper con la realidad.

“La estructura, es decir, la distribución y el orden interno de los elementos que forman un todo, es un principio artístico esencial que se manifiesta de forma clara en las últimas obras de Vincent van Gogh.” (Beaujean, 2000, p. 46)

Vincent se centraba en la impresión inmediata las obras creadas en los dos años anteriores a su muerte, se denota la importancia que le otorga al color y a la iluminación a partir de espacios naturales.

“El tratamiento de los colores complementarios que vang Gogh conoció a través de las teorías y obras de Eugéne Delacroix y que marcarían decisivamente su obra, constituye una excepción: la yuxtaposición de uno de los tres colores primarios, rojo, amarillo o azul, junto con la mezcla de los otros dos produce una especial viveza y el máximo contraste posible.” (Beaujean, 2000, p. 62)

Vincent van Gogh no ha sido reconocido mundialmente solo por sus pinturas, al autor le acompaña la sombra tortuosa de su inestabilidad mental, además del suceso trágico en Arles donde se cortó una oreja. Vincent van Gogh manifestó en los últimos años el carácter perturbado de un alma torturada. Su fracaso como pintor durante esa época y el su problema con el alcohol crearon un perfil decadente en el artista. Para 1888, van Gogh vivía sin reconocimiento por sus pinturas, con la noticia del matrimonio de su hermano Theo del cual dependía económicamente y sus conflictos con la extraña relación de respeto y rivalidad que sostenía con el pintor Gauguin.

El pintor fue internado tan solo un año antes de su muerte, a ese punto de su vida sufría de alucinaciones y crisis emocionales. Finalmente, víctima de su depresión, se disparó en el pecho en 1890.  

Referencias

Beaujean, D. (2000). Vincent van Gogh. España: Editorial Konemann.
Bernal, H. (2012). La explicación de la pintura del Impresionismo. Revista Nómadas, 33 (1). Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=18123129004
Puigbó, Juan José. (2006). Vida y obra de Eugene-Henri-Paul Gauguin. (1848-1903). Gaceta Médica de Caracas,114(3), 226-255. Recuperado de http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0367-47622006000300009&lng=es&tlng=es.
Martínez, C. (2018). Henri Toulouse-Lautrec. España. Recuperado de https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/9298/Henri+de+Toulouse-Lautrec,+retrato+de+la+Belle+Epoque.pdf;jsessionid=A8E1DA986492B9CD4D18DC6C71F6D114?sequence=1
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